Optional sidebar menu
Social media
Contact information
Address

5th Avenue, New York - United States

Email

hello@webpixels.ro

Phone

+10 724 1234 567

 

Algunos temas bíblicos

A     B     C     D     E     F     G     H     I     J     K     L     M     N     O     P     Q     R     S     T     U     V     W     X     Y     Z    
C ... / crueldad

crueldad

2 Samuel Capítulo 1:19

¡Ha perecido la gloria de Israel sobre tus alturas! ¡Cómo han caído los valientes!

2 Samuel Capítulo 1:20

No lo anunciéis en Gat, Ni deis las nuevas en las plazas de Ascalón; Para que no se alegren las hijas de los filisteos, Para que no salten de gozo las hijas de los incircuncisos.

Salmos Capítulo 11:5

Jehová prueba al justo; Pero al malo y al que ama la violencia, su alma los aborrece.

Salmos Capítulo 37:8

Deja la ira, y desecha el enojo; No te excites en manera alguna a hacer lo malo.

Proverbios Capítulo 11:17

A su alma hace bien el hombre misericordioso; Mas el cruel se atormenta a sí mismo.

Proverbios Capítulo 11:29

El que turba su casa heredará viento; Y el necio será siervo del sabio de corazón.

Proverbios Capítulo 12:10

El justo cuida de la vida de su bestia; Mas el corazón de los impíos es cruel.

Proverbios Capítulo 21:13

El que cierra su oído al clamor del pobre, También él clamará, y no será oído.

Proverbios Capítulo 26:24

El que odia disimula con sus labios; Mas en su interior maquina engaño.

Proverbios Capítulo 26:25

Cuando hablare amigablemente, no le creas; Porque siete abominaciones hay en su corazón.

Proverbios Capítulo 26:26

Aunque su odio se cubra con disimulo, Su maldad será descubierta en la congregación.

Proverbios Capítulo 26:27

El que cava foso caerá en él; Y al que revuelve la piedra, sobre él le volverá.

Proverbios Capítulo 26:28

La lengua falsa atormenta al que ha lastimado, Y la boca lisonjera hace resbalar.

Isaías Capítulo 13:18

Con arco tirarán a los niños, y no tendrán misericordia del fruto del vientre, ni su ojo perdonará a los hijos.

Jeremías Capítulo 50:42

Arco y lanza manejarán; serán crueles, y no tendrán compasión; su voz rugirá como el mar, y montarán sobre caballos; se prepararán contra ti como hombres a la pelea, oh hija de Babilonia.

Mateo Capítulo 10:28

Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.

Marcos Capítulo 7:21

Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios,

Marcos Capítulo 7:22

los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez.

Lucas Capítulo 12:4

Mas os digo, amigos míos: No temáis a los que matan el cuerpo, y después nada más pueden hacer.

Santiago Capítulo 4:1

¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros?

Santiago Capítulo 4:2

Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.

Santiago Capítulo 4:3

Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.

Santiago Capítulo 4:4

¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.

Santiago Capítulo 4:5

¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente?

Santiago Capítulo 4:6

Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.

Santiago Capítulo 4:7

Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.

Santiago Capítulo 4:8

Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.

Santiago Capítulo 4:9

Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza.

Santiago Capítulo 4:10

Humillaos delante del Señor, y él os exaltará.

Santiago Capítulo 4:11

Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. El que murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez.

Santiago Capítulo 4:12

Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y perder; pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro?

Santiago Capítulo 4:13

¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos;

Santiago Capítulo 4:14

cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.

Santiago Capítulo 4:15

En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.

Santiago Capítulo 4:16

Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala;

Santiago Capítulo 4:17

y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.

Apocalipsis Capítulo 9:1

El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo a la tierra; y se le dio la llave del pozo del abismo.

Apocalipsis Capítulo 9:2

Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el humo del pozo.

Apocalipsis Capítulo 9:3

Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y se les dio poder, como tienen poder los escorpiones de la tierra.

Apocalipsis Capítulo 9:4

Y se les mandó que no dañasen a la hierba de la tierra, ni a cosa verde alguna, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tuviesen el sello de Dios en sus frentes.

Apocalipsis Capítulo 9:5

Y les fue dado, no que los matasen, sino que los atormentasen cinco meses; y su tormento era como tormento de escorpión cuando hiere al hombre.

Apocalipsis Capítulo 9:6

Y en aquellos días los hombres buscarán la muerte, pero no la hallarán; y ansiarán morir, pero la muerte huirá de ellos.

Apocalipsis Capítulo 9:7

El aspecto de las langostas era semejante a caballos preparados para la guerra; en las cabezas tenían como coronas de oro; sus caras eran como caras humanas;

Apocalipsis Capítulo 9:8

tenían cabello como cabello de mujer; sus dientes eran como de leones;

Apocalipsis Capítulo 9:9

tenían corazas como corazas de hierro; el ruido de sus alas era como el estruendo de muchos carros de caballos corriendo a la batalla;

Apocalipsis Capítulo 9:10

tenían colas como de escorpiones, y también aguijones; y en sus colas tenían poder para dañar a los hombres durante cinco meses.

Apocalipsis Capítulo 9:11

Y tienen por rey sobre ellos al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón, y en griego, Apolión.

Apocalipsis Capítulo 9:12

El primer ay pasó; he aquí, vienen aún dos ayes después de esto.

Apocalipsis Capítulo 9:13

El sexto ángel tocó la trompeta, y oí una voz de entre los cuatro cuernos del altar de oro que estaba delante de Dios,

Apocalipsis Capítulo 9:14

diciendo al sexto ángel que tenía la trompeta: Desata a los cuatro ángeles que están atados junto al gran río Éufrates.

Apocalipsis Capítulo 9:15

Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparados para la hora, día, mes y año, a fin de matar a la tercera parte de los hombres.

Apocalipsis Capítulo 9:16

Y el número de los ejércitos de los jinetes era doscientos millones. Yo oí su número.

Apocalipsis Capítulo 9:17

Así vi en visión los caballos y a sus jinetes, los cuales tenían corazas de fuego, de zafiro y de azufre. Y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones; y de su boca salían fuego, humo y azufre.

Apocalipsis Capítulo 9:18

Por estas tres plagas fue muerta la tercera parte de los hombres; por el fuego, el humo y el azufre que salían de su boca.

Apocalipsis Capítulo 9:19

Pues el poder de los caballos estaba en su boca y en sus colas; porque sus colas, semejantes a serpientes, tenían cabezas, y con ellas dañaban.

Apocalipsis Capítulo 9:20

Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintieron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar;

Apocalipsis Capítulo 9:21

y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos.